lunes, 25 de junio de 2007

Torre descontrol

Acá uno de mis favoritos. Dedicado a mi amada mujer, Caty, describe una emoción importante en mi vida y cómo fue que ella (la emoción y la mujer) me ayudó a salir de uno de mis momentos más dificiles. Es la segunda vez que lo hago público. La primera fue cuando lo pegué en varias paredes de TVN (donde trabajo) para dar algo de arte a nuestro entorno en un acto hasta ahora anonimo. Los invito a paladear las siguientes lineas.

La mirada del alma abre los brazos en pos del estremecimiento eterno
Y desde las alturas devuelvo a tus ojos la concavidad de sus comisuras
Quiero gritar que te amo y lo hago
Mas temo que el quinto viento no se haya enterado, y grito de nuevo
Cayendo al galope del latido constante por las quebradas de un beso
Con una almendra en la mano y una margarita fresca en la boca...
Torre de control, solicito permiso para aterrizar


Tu suave pecho elevado al plural desnuda mi angustia y derrama mi barba
Vaciando el espacio naciente y controlando el vuelo del pájaro que se eleva sobre mi caída
esparciéndose sobre tus delicadas sinuosidades con sus pupilas en las manos y mi almendra en los ojos,
mientras respiro tu calma y la falta de compostura,
Pues no le tengo miedo a las alturas, solo a las caídas
Torre de Control, libere una pista, se la pido de nuevo


El clamor se revela
La caída explota en las nubes que golpean mi rostro
Y tus dedos dibujan las formas inusuales... y los veo... sosteniendo la disminución del espacio que aprieta su aire bajo mi presencia
Y hace impredecible la imagen de mi inevitable dicha... y tu inevitable abrazo...
Torre de control... inevitable Torre descontrol


Amor deseoso de ser renombrado
Aromáticas almendras con sabor a margaritas frescas
Amor susceptible de ser modificado
Arboledas de caídas descontroladas y frondosas copas de quebradas y oquedades
Suturas del alma y su alma
Del cuerpo y su cuerpo
De carcajadas empalagosas del otro lado de la torre
Solicito permiso


El silencio se toma tu cuerpo
El arrebato de gloria domina el choque de las miradas
Escucho nuestra nada
Le ensendemos setenta y siete velas al patrono de las caídas y de los paracaídas
Gritamos hasta que el sordo quinto viento entienda, pero temo que el decimo no lo haga y grito de nuevo
Y así, sin más, aterriso....

... Torre descontrol, gracias por su permiso.

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