domingo, 26 de diciembre de 2010

Besos


La ventaja de no ser escritor, o al menos formalmente, es que no tengo que preocuparme de que a alguien le interese o impacte lo que escribo. De esta manera recuerdo algo que hice mío hace mucho, y que copié a algunos maestros de cierta tendencia que no nombraré para no influenciar la lectura. Lo importante es la frase: Al margen de toda preocupación, estética o moral. Y así es como escribí lo siguiente... 

De golpe a la tierra y caigo en cuenta,
las peras y los edificios se diferencian por tamaño y por sentido.

Dejo mis cosas y empaño el vidrio que me condena a tu distancia,
tú marcas un beso.

¿Por qué no nos escapamos, hacemos lo que sabemos y le echamos la culpa del movimiento al 27 de febrero?
Podríamos hacerlo.

Tiemblo.
Cada vez que toco tus manos respiro el vaho amargo del capricho,
y dejo caer a los viejos trenes del deseo por las comisuras de mi mente atenta,
balbuceando que quiero ser en ti la totalidad de lo que soy,
temiendo no poder.
Temiendo carecer de sentido.

Escribo una balada empalagosa y la canto a capela.
Las aves armoniosas se retuercen de amor,
de sobredosis.
Quizás no sea el camino correcto.

Silencio, estoy pensando.

Sólo ten en cuenta que no son ceremonias, son besos,
eso los deja arriba en la escala de prioridades.

Blablabla me lleno de palabras,
blablabla me dices muchas cosas,
y de cada bla cuento las letras,
a veces sobran y a veces faltan…
Peras o edificios,
manzanas o sentidos.

Es mejor reinventar el amor.
¡Listo! ¡Está hecho!
Por el poder autoimpuesto.
Y decidimos crear algo,
con nuestro poder divino.
  
Quiero una foto de una vaca comiendo pasto.
Pero el pasto ha de estar intacto y la vaca erguida.
La vaca podría ser un molino o un Quijote,
y dejaría a Sancho fuera a propósito.

Observo.
Y el molino de cuerda nos trae las cacofonías y los recuerdos.

En el nombre del padre / Hermosa cordura de cadáveres deliciosos.

Divago.
Y de cuándo en cuándo tangueo sobre tu vientre desnudo.

Tu vientre / Luna danzante.

Repaso.
La espera impone dudas que se ocultan tras las ilusiones cobardes,
y de cobardía en cobardía los sauces anidan sobre colibríes helados,
mientras cantamos esperanzas y encomendamos nuestras plegarias reiterativas.

Quiero mi foto de una vaca comiendo pasto.

Y continúo mis rezos.
Orando por las raíces y sus raíces, pues sin ellas no podrían crecer, una dentro de otra, las intenciones humano-divinas.

Onerguir remilir samona
Revolten antosol brevona

Yo creo: pues en creer está la solvencia del milagro.
Yo vivo: pues en vivir está la experiencia del milagro.
Yo sonrío: pues sonreír es su causa y consecuencia,
sonreír es la promesa renovada que resurge con la misma fuerza,
pues en tu presencia declaro mi conciencia de la buena nueva.

Te amo.
Y esto es sólo un borrador en la vida de un cactus errante.

¿Cuántas veces hemos de tocar el cielo?
Por favor recuérdame renovar mi pasaporte.