Descubro el camino tras el terciopelo azul:
Quiero ser el creador del mundo, no su ciudadano.
Quiero ser un dios regidor, no un sacerdote adorado.
Quiero romper las hojas que antes he escrito.
Quiero acabar con todo lo que antes he amado.
Si me siento solo, me alejo,
si no los quiero ver, los veo,
si conozco la respuesta, la busco
y de no conocerla, la espero,
la odio y aborrezco.
Descubro mi vida tras el terciopelo azul,
aquel del color de mi sangre,
de rey, emperador,
conde de Saint Germain
y de las tierras de ultramar.
Vocación de capitán cobarde
y no de valiente marinero,
escondiéndome en mi valentía,
mirando al cielo y su voz,
escuchando el sagrado canto de mis lágrimas,
gritando al viento el desesperado ¡Ya no!
Descubro algo nuevo tras el terciopelo azul,
las horas de búsqueda han terminado
y mis ojos se cierran al frío no sentir,
y soy cada vez más fuerte en el charco de zafirino elixir.
“Quiero ser el soberano de mi vida, no su esclavo.”
Descubro lo escondido tras el terciopelo azul,
copio frases y las hago mías,
sintiéndome feliz en mi deshonra,
sintiéndome feliz por mi sombra,
aquella única dulce compañera,
que aguanta mis cobardes pisadas,
y no se larga, y no llora.
Descubro que estoy solo tras el terciopelo azul,
mi sombra se fue,
mi alma también.
Cuerpo inerte mirando al infinito,
buscando una última respuesta,
invocando al azul terciopelo de tus ojos
de mi ex alma, ex sombra,
de mis ex inalcanzables sueños de conde.
y me voy.
Descubro que no soy nadie tras el terciopelo azul,
Descubro que no soy nada tras el terciopelo azul,
y me voy.
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