Una antigua leyenda japonesa promete que si haces mil grullas de papel, serás compensado con un deseo. En mi opinión, los mejores y más grandes deseos de mi vida se me han ido cumpliendo casi sin pedirlos. Estas líneas son para el Tomi, mi nuevo y hermoso bebé.
Quiero por ti hacer mil grullas de papel,
para así no enfermar,
para estar llenos de paz.
Contarlas, hasta 10 en voz alta,
y luego empezar a susurrar,
y observar.
Reparo en tu frente arrugada por las ganas de mirar.
Reparo en tus labios que danzantes balbucean sin emitir ruido,
como ya queriendo nombrar.
Prometiendo ser quien eres,
sin aditivos ni colorantes.
Quiero hacer mil grullas de papel,
se las debo al destino por habernos reunido.
¿Cómo sería tu cara?
Recuerdo haberme preguntado.
O el color de tus alas,
y olor de sus vientos y los vientos de sus vientos.
Y entre olores, te huelo.
Te huelo y te sueño.
Desde aquella bocanada de aire que botaste con tu primer llanto,
de pulmoncitos fuertes, de filtros recién inaugurados.
Pausa, lo recuerdo...
... lo comparto... tan fresco...
Por ti quiero hacer mil grullas de papel,
mientras huelo tus movimientos,
tu hambre,
y la manera en que te grabaste en mis sentimientos.
Quiero que sean de colores,
que vuelen alto y sin miedo,
que se sientan protegidas y esperadas,
que jamás sean olvidadas.
Quiero por ti hacer mil grullas de papel,
y quiero hacerlas contigo.
3 comentarios:
Qué lindo.
Qué bonita forma de describir la llegada de un nuevo hijo. Felicidades para ustedes.
El Papo.
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