viernes, 5 de octubre de 2007

Había una vez

Hay una cancion que dice algo asi como "Estoy parado sobre la muralla que divide, todo lo que fue de lo que será". A pesar de lo mamona de la cita, es la que mejor representa mi HOY. Y si de HOY se trata, en este texto, es precisamente sobre mi hoy que tengo algo que decir. DISFRUTENLO.

No quiero escribir de angustias ni deseos desestimados,
de cuentos con lobos y caperucitas,
de zapatos de cristal con suelas de cuero remachado,
ni de cuantas veces me mintieron y traicionaron, pues finalmente perdí la cuenta.

De la angustia conozco lo necesario:
recetas médicas y psicoterapias.
Una pastilla al día, para no embarazarme,
para no engendrar la idea,
aquella partícula de polvo flotante que penetra el alma y se expande en algún lugar entre el pecho y el auto flagelo.

De los ojos de los extraños a las diez de la mañana se lo suficiente,
de sus apuros y mis bien alimentados egos en pugna con los suyos,
que llegando, café en mano, arriman sus sillas a la sombra del deber ser,
olvidando al tímido sol de la locura.
Mas en mi odio al sol no los culpo,
los olmos dan peras de pocas maneras.
(y evitaré pedirlo de manera testaruda)

De las caperucitas supongo saber algo
algo que no implica a sus zapatos,
sean de cristal o de madera,
o de brillante cuero remachado.
Se que conoce su canasta, se que espera llegar a destino.
Se que no sabe de mi.
Se que no sabe de la noche.
Se que desconoce su destino.

De los lobos se que mienten, se que envidian,
se que abrazan a sus presas antes de morderlas,
y se que no convidan a la hora de comer.

Una mañana se enterarán.

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